“¿Quien más va a controlar mis decisiones si yo soy el que las toma?”...
Suena lógico, sin embargo, debemos tomar en cuenta que el 40% de las “decisiones” que tomamos no son realmente decisiones, sino hábitos que repetimos de forma automática. Esto quiere decir que solamente “controlamos” el 60% de las decisiones restantes. Pero... ¿que tanto control tenemos realmente sobre ellas?
Suena lógico, sin embargo, debemos tomar en cuenta que el 40% de las “decisiones” que tomamos no son realmente decisiones, sino hábitos que repetimos de forma automática. Esto quiere decir que solamente “controlamos” el 60% de las decisiones restantes. Pero... ¿que tanto control tenemos realmente sobre ellas?
Independientemente de lo optimista o pesimista que te sientas hoy, el dilema de si el vaso está medio lleno o medio vacío, representa una situación en la cual, se necesita tomar en cuenta la perspectiva y el contexto individual para poder tomar la decisión de si el vaso está medio lleno o medio vacío.
Cada quién tendrá su contexto y su razón para elegir una de las opciones, pero… ¿Qué pasaría si pudiéramos controlar la perspectiva de las personas y así inclinarlos a tomar la decisión que nosotros queramos?
Afortunada, o des-afortunadamente (dependiendo desde dónde lo veas) es posible modificar el proceso de toma de decisiones de las personas. Y de hecho, es bastante más sencillo de lo que parece.
Imagina el siguiente escenario:
Usted es el presidente de Cosliandia, una hermosa isla en el Pacífico de 600 habitantes. Cosilandia enfrenta una epidemia del mortal virus Alkozay, por lo que tienes que elegir aplicar 1 de 2 medicamentos experimentales para contrarrestar dicho virus:
El medicamento A, garantiza salvar a 200 habitantes.
El medicamento B tiene 2/3 de probabilidades de no funcionar y que todo el pueblo muera.
Si eres como la mayoría de las personas, probablemente tomarías la certeza de salvar a 200 habitantes (A) por encima de la riesgosa apuesta de que todo el pueblo muera (incluyéndote).
Pero ¿qué sucede si modificamos ligeramente el escenario?:
Usted es el presidente de Cosliandia, una hermosa isla en el Pacífico de 600 habitantes. Cosilandia enfrenta una epidemia del mortal virus Alkozay, por lo que tienes que elegir aplicar 1 de 2 medicamentos experimentales para contrarrestar dicho virus:
El medicamento C garantiza la muerte de 400 habitantes.
El medicamento D salvaría a todo el pueblo con 1/3 de probabilidad.
Probablemente esta vez la opción de la apuesta por salvar a todo el pueblo (D) sea la elegida, pero ¿por qué?, si en ambos casos la opción A y C resultan, con certeza, en la sobrevivencia de 200 personas mientras que las opciones B y D mantendrían al pueblo entero con vida con probabilidad de 1/3. Es decir, ¿si los dos escenarios son esencialmente iguales porque se invierten las elecciones?
La clave está en un concepto conocido como el “Efecto Framing”. El efecto framing se refiere a cómo una persona reacciona de diferentes maneras ante un mismo problema que ha sido fraseado de formas distintas. En este caso, vemos como una misma opción, expresada de dos diferentes maneras (certeza de salvar a 200 personas y certeza de matar a 400 personas) inclina la balanza de decisiones en una y otra dirección.
Y no, esto no se debe a la falta de expertise en la rama de salud, puesto que este ejercicio arrojó la elección del medicamento A en el primer escenario en 72% de los casos y D en el segundo escenario el 78% de las veces cuando fue aplicado a médicos especializados.
Ahora... ¿Qué tan al control de tus decisiones te sientes?
Cada quién tendrá su contexto y su razón para elegir una de las opciones, pero… ¿Qué pasaría si pudiéramos controlar la perspectiva de las personas y así inclinarlos a tomar la decisión que nosotros queramos?
Afortunada, o des-afortunadamente (dependiendo desde dónde lo veas) es posible modificar el proceso de toma de decisiones de las personas. Y de hecho, es bastante más sencillo de lo que parece.
Imagina el siguiente escenario:
Usted es el presidente de Cosliandia, una hermosa isla en el Pacífico de 600 habitantes. Cosilandia enfrenta una epidemia del mortal virus Alkozay, por lo que tienes que elegir aplicar 1 de 2 medicamentos experimentales para contrarrestar dicho virus:
El medicamento A, garantiza salvar a 200 habitantes.
El medicamento B tiene 2/3 de probabilidades de no funcionar y que todo el pueblo muera.
Si eres como la mayoría de las personas, probablemente tomarías la certeza de salvar a 200 habitantes (A) por encima de la riesgosa apuesta de que todo el pueblo muera (incluyéndote).
Pero ¿qué sucede si modificamos ligeramente el escenario?:
Usted es el presidente de Cosliandia, una hermosa isla en el Pacífico de 600 habitantes. Cosilandia enfrenta una epidemia del mortal virus Alkozay, por lo que tienes que elegir aplicar 1 de 2 medicamentos experimentales para contrarrestar dicho virus:
El medicamento C garantiza la muerte de 400 habitantes.
El medicamento D salvaría a todo el pueblo con 1/3 de probabilidad.
Probablemente esta vez la opción de la apuesta por salvar a todo el pueblo (D) sea la elegida, pero ¿por qué?, si en ambos casos la opción A y C resultan, con certeza, en la sobrevivencia de 200 personas mientras que las opciones B y D mantendrían al pueblo entero con vida con probabilidad de 1/3. Es decir, ¿si los dos escenarios son esencialmente iguales porque se invierten las elecciones?
La clave está en un concepto conocido como el “Efecto Framing”. El efecto framing se refiere a cómo una persona reacciona de diferentes maneras ante un mismo problema que ha sido fraseado de formas distintas. En este caso, vemos como una misma opción, expresada de dos diferentes maneras (certeza de salvar a 200 personas y certeza de matar a 400 personas) inclina la balanza de decisiones en una y otra dirección.
Y no, esto no se debe a la falta de expertise en la rama de salud, puesto que este ejercicio arrojó la elección del medicamento A en el primer escenario en 72% de los casos y D en el segundo escenario el 78% de las veces cuando fue aplicado a médicos especializados.
Ahora... ¿Qué tan al control de tus decisiones te sientes?